Bueno, a
ver. Claramente Dios es esa parte oscura de la mente de Punpun, él ha
evolucionado a medida que Punpun ha id creciendo sin embargo siempre ha
mantenido su aura. Ahora bien, creo que Punpun por primera vez supo cómo en
verdad se siente Aiko, esa soledad y tristeza con unas ganas de tremendas de
irte lejos con la esperanza de “tener algo para ti” porque claramente no lo
necesitan aquí. El autor cada vez mejora sus metáforas literarias y gráficas.
Bueno en
cuanto a la mamá de Punpun, bueno, ¿ese hombre no era el que le estaba haciendo
el trámite de la casa? En todo caso, al fin y al cabo, ella también tiene sus
problemas, pero más pena me da por Punpun que lo único que encuentra que hacer
es masturbarse en la oscuridad de su cuarto.
Cada vez más
vemos del cuerpo de Punpun, hemos visto sus pies y ahora su sombra.

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